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Alicante CF, Decano de la ciudad

"BECUERDOS"

"BECUERDOS"

El cambio en el Alicante CF producido a partir de 1997, el paso de un equipo sin más aspiración que la supervivencia a la lucha por los máximos objetivos, podría resumirse con la trayectoria en Segunda B del club Decano. Siete temporadas dentro de una categoría que fue pura quimera para tantos presidentes, jugadores y entrenadores, pero en la que el Alicante ha sentido cierta sensación de agobio con el paso de los años. Y es que el listón se elevó, por condiciones, por trabajo bien hecho y por méritos deportivos hasta tal punto de jugarse el pase a la promoción desde la primera temporada.

Podría dividirse la estancia del Alicante en Segunda B en dos partes: tres temporadas quedándose a las puertas de la promoción y las otras cuatro disputándola, con suerte dispar aunque casi siempre esquiva, a excepción de la última donde se logró el histórico ascenso.

Obviando lo extradeportivo, objeto de otros mensajes, recuerdo aquella primera temporada en la categoría de bronce con cariño mezclado con amargura. El Alicante, por fin, rebasaba las fronteras de la Comunidad Valenciana y Murciana en liga regular después de muchos años. Cayó en el grupo III que aquella campaña 2001/02 estaba compuesta por valencianos, madrileños, manchegos y canarios. El Alicante partía con la aspiración de la permanencia pero bien pronto se pudo comprobar que la plantilla iba sobrada para la Segunda B. El bloque que logró el ascenso en el Nou Sardenya de Barcelona prácticamente se había mantenido en todas sus líneas. Costó despedirse de Jacquet, de Sergio Rodríguez, de Ángel Castro... pero pronto vinieron otros hombres que ayudaron a superar el trance: Íker Begoña (que fue traspasado en diciembre), Nacho Sierra, Álvaro Martínez, Morante, Jaime Agulló, Estéfano y Llera. Posteriormente, y por diversas lesiones en hombres tan importantes como Miguel Marí, Toni Giménez o Johnny, arribaron Miguel Ángel España, Ciani, Antoñana y el torerito Juli. La temporada comenzó muy bien con aquel empate épico jugando como locales ante el Hércules, empatando a dos el encuentro tras jugar muchos minutos con dos hombres menos. El primer triunfo se logró en la jornada tres, en casa frente al Castellón y con el solitario gol de Asier Garitano. El equipo mostraba una alegría jugando que llamaba la atención y se traducía en goles, aunque también encajaba en exceso a pesar de los Isidro, Sergio Heras, Germán y compañía. En casa éramos bastante mejores que fuera y es donde se lograban los resultados más espectaculares: 6-0 al Lanzarote, 5-2 al Alcorcón, 5-1 al Vecindario... Sin embargo a domicilio estuvimos mucha temporada con un único triunfo, logrado en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid ante el filial merengue. El Alicante no despertó fuera de casa hasta lograr un triunfo reconfortante en La Fuensanta de Cuenca por 2-3 y remontando. A partir de entonces el Alicante maduró e hizo una recta final que, ayudado por el Universidad de Las Palmas y su imposibilidad para promocionar por ser filial de la UD Las Palmas, permitió llegar a la última jornada de liga dependiendo de sí mismo para ser quinto y promocionar. Nos enfrentábamos al Getafe, el rival directo y único por dicha plaza. Debíamos ganarles por dos tantos de diferencia para igualar a puntos y el gol-average particular. El general lo superábamos con esas condiciones y nos ganábamos el derecho a promocionar en la campaña del debut. Casi 12.000 personas en el estadio, sólo quinientas animando al rival (incluyendo a no madrileños que se autoinvitaron). El Getafe se muestra dominador y a punto está de abrir la lata en varias ocasiones solventadas por España. Para mayor dificultad, Pelusa era expulsado en la primera parte. Todo parecía cuesta arriba, pero llegó Garitano para marcar el primero, el de la esperanza. Cada vez se hacía más patente el dominio del Alicante y, al poco de comenzar la segunda, el segundo obra de Juli y a pase de Toni García. Parecía un sueño, pero era realidad. En aquellos momentos el Alicante promocionaba para ascender a Segunda A cuando tres años antes aún militaba en Preferente. Innumerables ocasiones para sentenciar, un getafense que se fue a la ducha antes de tiempo...

... Pero aquel colegiado se había reservado lo peor para el último tramo. Un mal despeje de Toni García provocó un balón bombeado hacia el área alicantina. Sergio Heras iba a despejar de cabeza cuando es flagrantemente derribado por un delantero madrileño. El balón cae muerto en el área para que Miguel García, que pasaba por allí, cruzase el balón ante la atónita mirada de España. Sin merecerlo, el Getafe volvía a la promoción cuando el partido llegaba a su fin. Aún pudo marcar el Alicante en la siguiente jugada, pero no se logró y el partido murió enterrando las opciones del Alicante. Fue bonito mientras quiso el árbitro, de nombre García Domínguez.

El Getafe acabó ascendiendo y a día de hoy se ha convertido en un batallador de la Primera División. Nunca sabremos lo que habría ocurrido si aquel equipo humilde capitaneado en lo técnico por Pepe Bordalás, hubiese disputado aquella fase de ascenso. Lo que sí sabemos es que desde entonces el Alicante cambió su objetivo inicial de consolidación en la categoría por el de la búsqueda de la Segunda División.

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