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Alicante CF, Decano de la ciudad

¿Espíritu?

Hay quien lo quiere pasar por alto, pero la realidad es que el fútbol alicantino, y especialmente el Alicante, no puede disociar su futuro de los compañeros de viaje que le rodean. Así, con la soga apretando el cuello herculano, son muchas las teorías que van surgiendo por nuestra ciudad a cuenta del balompié de esta urbe y un descenso de los blanquiazules podría cambiar el devenir de los acontecimientos.

Hace dos años, cuando este blog quedaba en letargo, reapareció la idea de la fusión como solución a todos los males balompédicos. Algo que produjo risas en ciertos aficionados, los mismos que ahora se llevan las manos a la cabeza ante lo que no deja de ser el recurso de cada década. En números reales: ¿qué cuesta más, salvar a un equipo por dos millones de euros o hacerse cargo de los 40-50 que debe el otro? Fríamente no hay color, pero precisamente la cuestión cromática es la que teóricamente impide este invento. Lo que no quita para que, como algún buen observador ha matizado, el Hércules de Alicante CF empiece a aparecer en las cartelerías y en las marcas de la SAD más famosa de la Terreta. Coincidiendo en denominación con el invento a pachas entre Iniesta y Ortiz dos años ha.

Por partes. La inclusión "de Alicante" en el nombre herculano pertenece a dos viejas batallas. La primera ocasión tuvo lugar en 1942. La "fusión fría" (legalmente no fue tal y quedó en cambio de denominaciones) entre Alicante y Hércules de 1942 tenía como objetivo principal reforzar a coste cero la debilitada y cargada en años plantilla blanquiazul (Corona, Pina, Rey, Martín, Del Pozo y otros pasaron de gratis al Hércules) y de paso arramblaron con el nombre de la ciudad (oscuro objeto de deseo que ya se había intentado atraer a comienzos de los treinta por parte de Casimiro de la Viña). Como el invento salió mal (el Alicante CD bajó a Segunda), hubo desbandada en la directiva blanquiazul y se optó por renombrar la cosa en Hércules de Alicante CF. Ahí quedó el asunto. Posteriormente, en tiempos de Tarruella (finales de los sesenta) el Hércules estuvo a punto de cargarse definitivamente al Alicante tras varios años de filialidad forzosa (los herculanos, gracias a sus maniobras, acabaron con los campos de la ciudad y chantajearon al Alicante para jugar en La Viña pero como filiales), a base de quitarle al Decano la vestimenta azul por la roja e incluso la blanquiazul. Estos hechos hirieron el orgullo de los Peral, Simarro y compañía, lo que supuso la ruptura entre ambas entidades. Tarruella, inmediatamente, rebautizó al Hércules como "Hércules de Alicante".

Queda claro que la cuestión alicantina duele e incluso escuece en la acera herculana. Que haya otro equipo con el nombre de la ciudad nunca ha sido bien visto. Lógicamente en la actualidad el Hércules tiene problemas más graves que éste y si la fusión tuviera lugar mañana, el motivo sería eminentemente económico.

Gracia me hace, eso sí, cómo afrontan ciertos herculanos la tendencia a incluir el nombre de la ciudad cuando su nombre oficial es Hércules Club de Fútbol. Hay quien ha aludido a un supuesto "espíritu-sueño del Chepa", el creador de ese "equipo de amigos" que, por arte de birle y birloque, superando centenares (qué digo centenares, ¡decenas!) de adversidades, nos deleita día a día en la LFP.

O sea, que el Chepa querría ser CF, como él lo fundó, y no "de Alicante". Es decir: hay que ser genuino, como quería el Chepa. Es decir, que el Chepa ha sido homenajeado recientemente... ¿bajo qué escudo: el rojiblanco que él diseñó o el del Natación adquirido en 1928? ¿Con qué colores: con los rojiblancos que consiguió para sus chavales o con los blanquiazules que adoptó del Natación? ¿Con qué directiva y con qué dineros empezó a lograr esa "fortaleza sobrehumana": con los del mancebo de farmacia o con los de Renato Bardín, ex presidente del Natación? ¿En qué campo vivió sus primeros fracasos de pretendida élite: en los descampados del Chepa o en el campo de Casimiro de la Viña, fundador del Natación y posteriormente en el campo de Bardín, pagado por el ex presidente del Natación?

¿A qué huelen las nubes? ¿Qué era el Hércules: un equipito de chavales que creció y creció o un equipo en el cual su fundador se hartó de hacer el ridículo y por eso se prestó a ser el engendro del Natación y, por tanto, ser el más poderoso de la noche a la mañana? Quien quiera seguir viendo la historia herculana como algo emotivo y por lo que estar orgulloso, no hay duda de que es herculano recalcitrante. Para los demás, éste era el equipo del Chepa:

CAMPEONATO REGIONAL DE LEVANTE. PRIMERA CATEGORÍA 1925-26 

Grupo B. Sección Alicante. 

1º Elche FC            14 11-1-2   33-12   23 
2º CD Eldense          14 11-0-3   39-9    22 
3º Alicante FC         14  9-2-3   32-11   20 
4º Torrevieja FC       13  8-2-3   25-17   18 
5º Crivi FC            13  4-1-8   14-20    9 
6º Fortuna FC          14  3-1-10  11-39    7 
7º Marina FC           14  2-2-10  15-42    6 
8º Hércules FC         14  0-3-11  10-29    3

El grupo B era la segunda categoría. En el A, primera categoría, militaba el exitoso Natación, campeón regional dos años antes y primer participante alicantino en la Copa de España (perdió su eliminatoria contra el Real Madrid).

¿Qué era el equipo del Chepa? El último de la fila, un equipo testimonial, residual, insignificante, sin campo y sin nada que llevarse a la boca más que derrotas y derrotas. ¿Cuál era su espíritu? Acabar con su inoperancia balompédica. Dos años después, tras eliminar todas su señas de identidad y reemplazarlas por las del Natación (afición incluida), emergió el "poderoso" Hércules... qué falacia.

Más vale morir con honor que vincularse a este devorador de equipos llamado Hércules. El Alicante sí era un equipo de amigos, sí consiguió ser el segundo equipo de la ciudad (tras el Natación) por sus méritos, por haberse costeado el arreglo de un campo (El Pla), por no querer juntarse con otros simplemente por aparentar o ganar más partidos. Por querer ser el Alicante Club de Fútbol, con todas sus consecuencias. Si no logramos mantenerlo vivo, que descanse en paz. Aliarse, juntarse o dejarse comer por el devorador sería no sólo un error capital, sino jugar al mismo juego del club cuya única idiosincrasia es la élite al precio que sea: el Hércules Club de Fútbol SAD. Porque ése era el sueño del Chepa.

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